Marta Carrasco, el legado único de sentimiento de una '3' histórica
La central sevillana se despide del fútbol tras marcar una época en el Granada y ser capitana de los dos clubes de su vida
Hay historias de amor que perduran para siempre y jugadoras a las que la historia elige para que las que vienen detrás tengan a las mejores referentes y Marta Carrasco ya forma parte de ellas. La defensora cuelga las botas a sus casi 31 años con la satisfacción de la que deja dos equipos que convirtió en hogar y que hoy la despiden como una de sus grandes referentes y capitanas. El dorsal '4' del Sevilla y el '3' del Granada unidos en un mismo corazón, el de una Marta Carrasco, que se despide del fútbol en lo más alto, tras dejar huella en los dos clubes de su vida.
El fútbol es un sentimiento y legados como el de Marta Carrasco, son la mejor demostración de ello. “Si te duele marcharte es porque has sido muy feliz... Y a mí me ha dolido mucho marcharme”, apuntaba en su vídeo de despedida al granadinismo que dice adiós a más que una de sus capitanas, a la central sevillana de sonrisa eterna que fue clave para ese regreso a la élite del Granada Femenino y que formó junto a Postigo, una dupla de centrales histórica.
Tras forjar su historia en el club de sus inicios futbolísticos, el Sevilla, con el dorsal ‘4’; en la 19/20, llegó a Granada una de esas jugadoras únicas, capaces de abrazar la, por entonces, gran causa del granadinismo, lograr ese deseado retorno a la élite, y hacerla suya desde que se enfundara la rojiblanca horizontal con el '3' a la espalda. La sevillana, que ya sabía lo que era dejar huella con la elástica sevillista, comenzaría a construir junto a las Lauri, Laura Pérez, Andrea Romero, Cristina Moreno, Noe, Postigo, Pamela o Alicia, entre otras, la generación de las grandes soñadoras que lucharían incansablemente por volver a situar Granada en la élite del fútbol.... hasta conseguirlo.
Con el '4' en posesión de otra de las grandes leyendas nazaríes, Cristina Moreno, la defensora natural de Alanís lo tuvo claro de principio a fin: el 3 sería el número en el que se consagraría su legado como granadinista (decisión que mantuvo cuando el ‘4’ volvió a quedar libre después de que Cristina Moreno colgase las botas tal y como confesaba en El club de las soñadoras). Con él a la espalda, la sevillana conformaría un eje de la defensa histórico junto a la propia Cristina Moreno y, sobre todo, junto a una Cristina Postigo -que llegaba una temporada después procedente del Málaga- con la que formaría la indiscutible pareja de centrales del ascenso. Un tándem perfecto con la malagueña que fue el gran seguro de vida de un curso mágico tanto en Copa, como en Primera Federación que acabaría con un mágico final en Abegondo y la sonrisa del deber cumplido que no se borrará nunca en una Marta que ya guarda ese momento como el más especial con la rojiblanca horizontal.
A ese retorno ya de por sí especial a la máxima categoría, Marta Carrasco volvía a ver cumplido otro sueño: portar también el brazalete como una de las capitanas del Granada. La lucha por el regreso a la élite daría paso a una temporada con la dificultad de consolidarse a la categoría. La 'Eterna Lucha' elevada a la máxima expresión volvería a contar con la '3' como el principal bastión de la defensa y como un pilar clave tanto en el terreno de juego como en el vestuario para acabar aferrándose a la élite. Aquella temporada dejó en la visita del Granada a Zubieta uno de los momentos que son la fiel definición de lo que han sido estas seis campañas como granadinista, de dejarse la piel por el escudo, donde ni siquiera una hemorragia que le obligó a ser atendida varios minutos le impidió acortar su reingreso al terreno de juego para no dejar con una menos a las suyas, pese a que aún no se había detenido la misma. Ella, como una de las veteranas, sabía mejor que nadie lo que había costado llegar regresar a la élite... y que habían llegado para quedarse.
De un año de apretar los dientes... A una temporada que hizo realidad el mejor de los sueños de todo el club, pero, sobre todo, el de las más veteranas a las que sí, aún les quedaba por vivir 'el sueño hecho realidad': llevar la 'Eterna Lucha' a lo más alto y hacerlo tanto en Liga F como en Copa de la Reina. Esta temporada histórica, con esa 5ª posición en liga y semifinales coperas, sería la última en el fútbol, finalmente, de una Marta Carrasco que tuvo tiempo aún para agrandar aún más su leyenda como granadinista alcanzando los 150 partidos (152, en concreto) con un Granada que ya es parte de su corazón como el suyo es parte fundamental del granadinismo. Otro gran legado del fútbol, el de Marta Carrasco.
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